Mié. Abr 24th, 2024

Leyenda de Colima.

Allá por los años 30 Pedro Briseño era un joven del Trapiche, campesino como su padre dedicado al cultivo de la tierra, sembrando maíz y frijol. Era de comprenderse que por su juventud a Pedro le gustaba mucho el huateque y la fiesta. Y fue precisamente en una fiesta del pueblo vecino San Jerónimo (Cuauhtémoc) donde conoció a María Estrada, muchacha sencilla y bonita que al verla Pedro quedo prendido de su belleza y empezó a cortejarla hasta declararle su amor y corriendo con buena fortuna fue correspondido por María. A partir de ese entonces Pedro empezó a visitar a María, ahora su novia.

Su padre estaba preocupado y siempre le decía que tuviera mucho cuidado al regreso pues a Trapiche y a San Jerónimo los une el antiguo camino real de más o menos unos 5 0 6 kilómetros de distancia, es por eso que a su padre le preocupaba que se regresara. Por esta razón el padre de Pedro le regalo un caballo para que fuera y viniera de Trapiche a san Jerónimo y de San Jerónimo al Trapiche. Pedro estaba feliz porque ahora se trasladaba más rápido para ver a su novia.

Pedro cada día disfrutaba más de la compañía de su novia por lo tanto empezaba a regresar al Trapiche más tarde que de costumbre, llegaba a los primeras casas del pueblo cuando ya la noche empezaba a caer ya pardeando . Esto no le preocupaba a Pedro, pues cuando uno se enamora el tiempo y la distancia es lo que menos importa.

Varios de sus amigos lo bromean con historias de fantasmas y aparecidos que se habían visto de noche sobre el camino, sobretodo porque sabían que regresaba tarde por el antiguo camino real. Este camino era sombrío, lleno de árboles higueras y parotas por ambos lados, totalmente solitario y por las noches imponía su inmensa soledad; pero eso a Pedro no le importaba.

Fue una noche de otoño, como de costumbre a Pedro se le había hecho tarde por quedarse a platicar un poco más con María, la noche había caído ya, eran como las 10 o 10:30 de la noche, Pedro se despidió prometiéndole a su novia regresar al otro día. Monto a su caballo, y tomo el camino de regreso hacia el Trapiche. A la salida del pueblo de San Jerónimo hay una barranquilla y un antiguo puente para cruzar, Pedro venia recordando los bellos momentos que había pasado instantes antes con María, cuando al llegar a dicho puente su caballo empezó a ponerse nervioso, tanto así que saco a Pedro de sus pensamientos.

Así llegó al puente y antes de cruzar el caballo se detuvo totalmente y no quiso pasar el puente, Pedro se preguntaba que le estaba pasando al caballo, dicen que los animales presienten el peligro, su caballo, un manso retinto comenzó a parar las orejas pues había advertido algo fuera de lo común metros más adelante. El granizo, que así se llamaba el noble animal, comenzó a temblar y a corcovear un poco, luego, se rehusó a seguir avanzando, el animal comenzó a relinchar, a pararse en los dos cuartos traseros y a lanzar coces a diestra y siniestra.

Trato de clamarlo pero fue inútil, Pedro le ordenaba avanzar, pero el caballo daba un paso hacia adelante y enseguida se regresaba. Empezó a sentir un escalofrío recorrer su piel, el ambiente nocturno cambio drásticamente, el caballo ya bufaba. Pedro empezó a sentir miedo, y en un arranque de desesperación tomo su fuete y lo azoto en la enanca del caballo, fue tan fuerte que el caballo parándose de manos relincho y se arrancó a galope pasando el puente a gran velocidad, y Pedro vio claramente salir de la parte de abajo del puente una cosa blanca, transparente y misteriosa.

Pedro se sujetó al caballo pues venia asustado y desbocado. Miro de reojo a la cosa blanca que flotaba al parejo de su caballo de forma lateral, entre los árboles, era tanto su terror que ya no sabía si soltarse o sujetarse a su caballo, que a todo galope se dirigía hacia el trapiche.

Fueron momentos eternos de miedo y terror para Pedro, que afortunadamente para él después de un rato, las primeras casas del Trapiche se comenzaron a mirar, y cuando más se acercaba a la población, la cosa blanca empezó a quedarse, entre los árboles y a quedarse, hasta que desapareció. Fue así como llego al centro de la comunidad del Trapiche, con su caballo reventado por la carrera, y él con el corazón en la boca.

Esto le paso a un Joven llamado Pedro del Trapiche, y para no tener que pasar por el mismo lugar de noche donde tuvo ese misterioso encuentro, con LA COSA BLANCA, se robó a María, su novia y se la llevo a vivir al Trapiche.

¿Fue verdad de Pedro de la cosa blanco o fue pretexto para robarse a María y no tener que ir todas las noches a San Jerónimo?

Nos leemos en la siguiente y recuerda, no tengas miedo de eso que no puedes ver, pero está ahí, detrás de ti.

Que tengas aterradoras pesadillas.

Si quieres escuchar la narración de esta y otras leyendas pueden hacerlo dando click aquí:

Por masterror

Podcast dedicado a las Leyendas Urbanas, Historias Reales de los oyentes, Creepy Pastas y Clásicos del Terror.

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